Secret History of the New Year

Hace unos días, mientras pensaba en mi propósito de Año Nuevo, comencé a pensar en lo siguiente:

Un mal buen día, a un señor Papa se le ocurrió establecer el hermoso calendario que rige a toda la humanidad.

Toda Europa, por supuesto, lo aceptó, y cómo no aceptarlo, si eran ordenes del Papa, ya saben, el sucesor de San Pedro, el representante de Jesús Cristo "Cordero de Dios" de Nazareth, el sujeto más importante de todo el mundo.

Y como ya sabemos, Europa rules (o ruleaba, porque USA no les quitaba el trono todavía), así que Todo el Mundo lo aceptó. Y de eso hace ya mucho mucho tiempo.

Cabilaba esto (quizá debí empezar por este parrafo, pero pensé que quizá "esto" iba a sonar un tanto impreciso si lo escribía antes de definirlo) y me di cuenta de la cantidad enorme de cosas absurdas que conservamos desde tiempos inmemoriales solamente porque "así son".

Porque quiero que alguien sea tan amable de explicarme qué evento (suceso) cósmico, terrestre, religioso, espiritual, físico, etc. sucede el día 1ero (o 31, también podría ser) de cada año. Según yo y mi inexistente investigación, ninguno.

El 1ero de enero de cada año, que yo sepa, lo máximo que podría celebrarse es el doceavo día de invierno (aunque no entiendo por qué alguien celebraría eso) o tal vez el cumpleaños de alguien. Yo no encuentro una razón por la que ese día sea el primer día de cada año. Y admitámoslo, porque "así es", no es convincente.

Es por eso, hermanos míos, que considero una ridiculez la celebración de este día. Hay días importantes que pasamos desapercibidos (los equinoccios y solsticios, de los cuales sólo celebramos el que coincide con el nacimiento de Benito Juárez), mientras que celebramos el insignificante.

Con esto no espero (ni quiero) lograr una revolución que nos cambie a un calendario que empieze en el momento del Equinoccio de Primavera, simplemente quiero hacer notar una de esas tantas cosas que aceptamos sin siquiera ponernos a pensar en ellas (ya habrá otra ocasión en que hable de religión otras más peligrosas).

Así que mi propósito de Año Nuevo consiste en no celebrar el Año Nuevo (que no quiere decir que no iré a la fiesta a comer rico, sino que no me importará ni será trascendente en mi vida). Amén.